Recientemente tuve la suerte de ser invitado a dar una charla en la Universidad de Alicante a través del Instituto Valenciano de Tecnologías Turísticas (Invattur) y la Fundación Universidad Empresa (Fundeun) de la propia universidad. La idea era reflexionar sobre las conexiones entre la tecnología, la innovación y el turismo, y mi conferencia se fundamentaba en una serie de ideas clave.
La innovación no se identifica necesariamente con la tecnología
Es un error establecer esa identidad porque nos hace caer en la trampa de pensar que todo lo tecnológico es innovador y que lo que no tiene tecnología no puede serlo. No sólo no es cierto, sino que es peligroso pensarlo. Pongo como ejemplos a Zara o a Starbucks, que sin ser proyectos fundamentalmente tecnológicos sí suponen dos claros ejemplos de innovación en sus sectores.
La información y el conocimiento son fundamentales
Y lo son tanto porque toda empresa ha de ser consciente de que gran parte de su ventaja competitiva va a estar en la gestión de la información que pueda hacer (Lisa Gansky), como por el hecho de que la propia información no vale nada por sí misma, sino por el uso que hacemos de ella (Ken Robinson). Del mismo modo esa información y conocimiento es clave a la hora de desarrollar una innovación no basada tanto en adelantos tecnológicos como nuestra capacidad de conectar lo que ya existe de manera distinta (Steve Jobs).
La innovación parte del ser humano
Sea como fuere lo que parece clave es que el proceso de reflexión en torno a la innovación y de cualquier proyecto innovador parte del propio ser humano, de sus necesidades, de sus deseos, de sus relaciones o de su manera de aceptar a la sociedad en la que se encuentra. Tecnología como las Google Glass no son nada si no somos capaces de darle un contenido adecuado para el ser humano.
De la innovación creativa a la innovación tecnológica
Cabe por tanto hablar de muchos tipos de innovación pero hay una división que me parece importante:
La innovación creativa como aquella en la que la tecnología no es fundamental y trata de satisfacer una necesidad en base a un modelo de negocio. Por ejemplo el Circo del Sol.
La innovación tecnológica como aquella en la que hay un predominio de la tecnología, sin desdeñar la creatividad. Por ejemplo AirBnb.
La tecnología ha dejado de ser una barrera
Ya no es una limitación a la hora de innovar, sino que supone una herramienta que hemos de saber usar en base a nuestras necesidades. La clave está en los modelos de negocio, teniendo también en cuenta la aparición de nuevas formas de gestión y relación empresa-mercado (p2p, crowd, empresas B, empresa abierta…) que multiplican las posibilidades de desarrollar proyectos y modelos innovadores.
El turismo es un sector muy estático, dominado por el impacto inmediato y el resultado a corto plazo. Desde esta perspectiva hablar de innovación, de cambio de modelo, parece una utopía, pero es necesario apostar por enfoques en los que la innovación, no sólo tecnológica, tenga mucho que decir y no se concentre sólo en los procesos de venta o distribución, sino también en la creación y gestión de producto.