Tenía que pasar, tarde o temprano tenían que unirse el Design Thinking (DT) y el Lean Startup (LS) en un modelo que cogiera lo mejor de ambas metodologías, el «Lean Design».
Y es que ambas metodologías tienen muchos puntos en común.
- Centran el proceso en el cliente o usuario. Toda la reflexión parte y termina en el usuario como fuente de conocimiento. Nada se hace sin tenerlo presente
- Parten de la nada. No se da nada por sentado y todo el proceso es una búsqueda constante de soluciones y producto.
- Gestionan el caos. En un entorno tan inestable como el actual, tener una metodología que se desenvuelva bien en ese entorno es una ventaja. Tanto DT como LS son capaces de adaptarse a los cambios que se generan y sacar beneficio de ellos.
- Integran el error en los procesos. Con lo que se convierten en una potente fuente de información y conocimiento.
- La iteración es constante. Lo que permite que la mejora también lo sea, siendo conscientes de la necesidad de entender la solución propuesta como un modelo permanentemente mejorable.
Lo que parece claro es que la complementariedad de ambas metodologías (a las que podemos añadir el Customer Development de Steve Blank). Así el DT aparece como más interesante en fases de conocimiento e ideación, mientras que el LS ofrece sus mejores características a la hora de diseñar los modelos de negocio y llevar la solución al mercado.
Ya hay varias iniciativas interesantes en este sentido. Por un lado Roland M. Mueller y Katja Thoring han publicado un interesante trabajo en el comparan estas dos metodología y proponen una nueva llamada Lean Design Thinking como el resultado de la fusión de ambas.
También Nestor Guerra, en el libro colectivo El Estado del Arte del Emprendimiento Lean en España, en su capítulo 11, ofrece una propuesta en esta línea añadiendo al proceso principios del plan de negocios tradicional.
Por último, de momento, Miguel Macías está trabajando en la metodología Business Design, también enfocada a la fusión entre DT y LS.
Desde Innodriven consideramos interesante esta línea de trabajo y creemos que puede tener un buen potencial para empresas y startups, por lo que también venimos reflexionando en torno a la complementariedad entre el DT y el LS. Potenciar los puntos y elementos positivos de ambas metodologías y minimizar los negativos dará mucho recorrido y generará un impacto muy positivo en las empresas y organizaciones que lo utilicen.