Lo confieso soy una fanática de las ciudades, es que veo en ellas una gran cantidad de conexiones y desconexiones que hacen a la complejidad y la problemática en sí misma.
Para mí las ciudades son una especie de «frameworks» de trabajo, un contenedor de personas, donde si nos centramos en el ciudadano podemos resolver un sinfín de problemas de forma muy eficiente e innovar para que el sistema sea inteligente, sin olvidarnos de las personas.
Hay ciudades que se han concentrado demasiado en las infraestructuras, olvidando que el principio básico de una ciudad es el ciudadano. Como una especie de ciudades “cementeras”, llenas de artefactos raros sin alma ni creatividad. Son ciudades donde las infraestructuras asfixiaron al habitante, se lo tragaron. Hay otras ciudades que solo son “destinos” donde pasean los turistas y nada más.
Últimamente se ha hablado mucho de un nuevo modelo de ciudades como si vinieran a salvarnos de todos los males mundiales. Estoy hablando de las “Smart Cities”, ciudades que hacen uso intensivo de las tecnologías para lograr autosuficiencia e inteligencia del sistema, conectando cosas que antes no estaban relacionadas a través del “internet de las cosas” (internet of things). Apoyo el concepto con algunos reparos: la tecnología solo resuelve una parte del problema, es decir a las personas no se las puede conectar de la misma manera que a las “cosas”. Hay iniciativas que son un poco tecno-fetichistas confundiendo el medio, con el fin en sí mismo.
Lo cierto es, que la glocalización e hiperconexión ha puesto la figura de las ciudades por encima de los países, el mundo se ha transformado en una red de ciudades y las que lideran son las que realmente están compuestas por ciudadanos implicados. Una prueba de ello es lo que sucede en España, donde hay rincones con más de un 35% de desempleo y otros sitios con apenas el 8%. ¿Cómo es posible tanta diferencia si no es a través de la distribución e implicación ciudadana?
El Modelo de las 3P para rediseñar ciudades
En una conferencia que di en México presentaba tres epicentros fundamentales para re-diseñar ciudades: El modelo de las 3P, Personas, Plataformas y Procesos.
Personas:
Antes de pensar cualquier estrategia debemos centrarnos en las personas, en los ciudadanos.
De forma abierta a la ciudadanía preguntar ¿Qué modelo de desarrollo queremos?
- ¿De afuera hacia adentro?: Es decir ¿atrayendo multinacionales y diseñando la forma de distribuir riqueza?, pero ¿cómo logro retener estas industrias golondrinas que solo buscan beneficios económicos? ¿cómo las sostengo en el tiempo?
- ¿De adentro hacia afuera?: Centrándonos en el talento y la vocación local, con proyectos “made in local” creando valor genuino con una fuerte denominación de origen y competencia global. Productos Glocales
Con modelos de negocios más inclusivos, Empresas más B y organizaciones más híbridas. - ¿O la re-mezcla de ambos?: Que las personas por su talento y capacidades atraigan inversiones más responsables, con el gobierno como vehículo para lograrlo.
Plataformas
Para permitir el re-diseño es necesario generar inteligencia colectiva, construir sistemas que dinamicen las ideas, incluyan, impliquen y transfieran capacidades dentro de la ciudad.
Plataformas de conexión P2P que generen multitud de fuentes (crowdsourcing), gobierno transparente (data goverment) y tecnologías sustentables de las Smart Cities.
Las plataformas deben permitir la fluidez y construcción de un ecosistema local mixto, con amplio sentido de pertenencia pero con ojos en el mundo. La ciudad en si debe ser una plataforma de despegue de la ciudadanía.
Construir plataformas de comercialización para acelerar modelos de negocios locales y que conecten con mercados globales.
Plataformas de financiación como el crowdfunding y micro-créditos para incluir a todos los emprendedores, con programas de estimulación y emprendedorísmo en la base de la pirámide.
Procesos
Es necesario contar con métodos y procesos que ordenen el caos de la dinamización. Métodos como el “pensamiento de diseño” identificando patrones, ordenando lo complejo y encontrar problemas concretos a resolver, prototipando soluciones, testeando y generando un circulo virtuoso para que las innovaciones sucedan a favor de la calidad de vida de todos los ciudadanos.