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Pensamiento de diseño: Abrir el foco para enfocar

Uno de los principales problemas que tienen los procesos de reflexión e ideación de las empresas es que están constreñidos a un campo de ideas muy concreto. Trabajar sobre un problema de una empresa turística, un hotel por ejemplo, supone seguir una serie de códigos ya establecidos de antemano, que se suponen sabidos por todos y de los que nadie se va a salir. Puesto que hablamos de hoteles y no de coches a nadie se le ocurre utilizar teorías, ideas o reflexiones de la industria del automóvil para teorizar sobre un problema hotelero. Pero sin embargo la realidad es que sí es útil trasvasar pensamientos y teorías entre sectores, sí es bueno hibridar enfoques e ideas, sí es interesante romper barreras y salirse de las zonas de confort.

Porque en realidad de lo que estamos hablando no es de un sector u otro, no es de hoteles o automóviles, estamos hablando de personas, de interacciones y relaciones. Visto así no sólo no es malo ampliar el foco de reflexión, sino que es incluso necesario.

Lo que nos permite el pensamiento de diseño es abrir ese foco, es amplificar el número, rango e importancia de influencias e inputs que van a trabajar en nuestro proceso mental. Nos permite también captar el verdadero problema que tiene la empresa, que puede no ser únicamente de su sector, sino que puede afectar de manera transversal a otros. Nos permite tener la libertad de no desechar ideas, de no rechazar valor y de no negar posibles soluciones “porque eso no se hace en mi hotel”.

El pensamiento de diseño tiene la virtud de no ser un modelo unidireccional, sino que es constantemente de ida y vuelta, de modo que la reflexión está siempre en fase de mejora, de perfeccionamiento. Esto permite incorporar nuevos datos, perspectivas, reflexiones u opiniones al proceso. No quiere esto decir que sea un proceso eterno, pero sí que es muchísimo más abierto que otros.

Es, por tanto, fundamental que seamos capaces de abrir el foco para que no nos centremos en claves que pueden aportar un cierto valor pero que no cubren todas las posibilidades que el pensamiento de diseño puede ofrecer. Hemos de abrir el foco para enfocar mejor y descubrir el verdadero problema de nuestras empresas y todas las soluciones posibles.

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